Hace unos meses, publicamos un artículo llamado He chose porn over me («Él eligió al porno antes que a mí»), título de un libro editado por Melinda Tankardes, que recopila testimonios de mujeres que han vivido de cerca las consecuencias negativas del consumo de pornografía por parte de su pareja.

Como el tema es profundo y muy poco conocido, pensamos que merecía la pena seguir abriendo esta herida, o mejor dicho, seguir hablando de este efecto de la pornografía, con el objetivo de ayudar a visibilizar una situación que afecta a muchas mujeres. De hecho, en las últimas semana hemos visto como el Foro de Nosotras continúa recibiendo mensajes, comentarios, donde se ve de primera mano el dolor invisible que supone para tantas mujeres el consumo de pornografía de sus novios, maridos, parejas.

Algunos puntos en común de estos testimonios son los que muestran estados de vacío, sentirse feas, inútiles, ignoradas, invisibles, insultadas, usadas, humilladas… Con dificultad para hablar, sufrimiento en silencio. Llanto, súplicas, lamentos. Mucha incomprensión por parte de familia y amigos.

Recogemos a continuación frases textuales de mujeres publicadas en el libro; por un lado, unas que se refieren a cómo se sienten ellas, cómo les afecta y, por otra parte, comentarios de las mismas protagonistas acerca de sus parejas, hombres que consumen pornografía y que a veces ni son conscientes del rastro de dolor que dejan a su paso.

Lo que dicen de ellas mismas

  • «Muchos decían que yo tenía el problema. Ninguna persona expresó simpatía por mí o cómo me he sentido».
  • «Me ha robado mi paz, mi salud, mi autoestima, mi felicidad y mi capacidad de confiar».
  • «Cuando se dice que «la pornografía mata el amor», es en serio. Mata a las mujeres. Viola mujeres. Destruye a las mujeres. Está destruyendo la vida y la mente de generaciones enteras. Lleva a la depresión, ansiedad y pensamientos y comportamientos suicidas. La pornografía mató mi matrimonio. Mató mi confianza. Destruyó mi sentido de identidad y la comprensión de la verdadera intimidad».
  • «Necesitamos más educación sobre los efectos nocivos de la pornografía. La pornografía representa el control y la dominancia, generalmente por parte de un hombre».
  • «Es importante tomar medidas contra esta industria dañina antes de que perjudique a más mujeres. La pornografía es violencia contra la mujer. Las mujeres son las más afectadas por los efectos nocivos de la pornografía. No se trata de amor, sino de dominancia, control y violencia contra la mujer».
  • «¿Cómo podría amarme a mí misma cuando ningún hombre me amaría de verdad, porque nunca podría darles lo que ven en la pornografía?»
  • «Mi cuerpo se sentía usado y sucio. Anhelaba la intimidad, pero yo era como un objeto para que él se estimulara».
  • «Pensé que podría ser su salvador. Pensé que nuestro amor podría ser la fuerza que lo cambiaría y lo devolvería a una sexualidad saludable».
  • «Debido a que trataba de satisfacer su alto nivel de deseo sexual, perdí la conexión con mis propias necesidades y no pude comunicárselas».
  • «Lo peor fue que me culpé a mí misma. A menudo me encontraba pensando que había algo malo en mí o en mi cuerpo. Me puso ansiosa».
  • «¿Qué quiero del sexo? Quiero que sea sin presión. Solo para ser amado y saber que seguiré siendo amado incluso si no tengo ganas de tener relaciones sexuales por un tiempo. Sentir que está bien decir no a complacer a mi pareja si no tengo ganas, para que cuando las tenga, sea auténtico y venga de mi deseo y no de que me rueguen o me manipulen».
  • «Me siento sola y rechazada. Mi autoestima se ha hecho añicos. Soy una mujer rota».
  • «El peor insulto es cómo estas mentiras estaban destinadas a mantenerme en un estado constante de preocupación, disgusto por uno mismo, depresión e ira… todo para que él pudiera proteger y continuar con su pareja sexual preferida».
  • «Pasé por lo que la mayoría de las mujeres probablemente viven cuando descubren el secreto de su pareja. Lloré, rogué, grité, fui a terapia e insistí en que él también fuera».
  • «Sufrimos de baja autoestima, repudiamos nuestros cuerpos, nos sentimos incomprendidas, solas, rechazadas y utilizadas».
  • «Anhelamos la igualdad, ser tratadas con respeto y que se tome en cuenta nuestra dignidad».

Lo que dicen de sus parejas adictas

  • «El hombre que una vez conocí, que se preocupaba profundamente por mí y por nuestra intimidad y el bienestar emocional de nuestra relación, se desvaneció y se convirtió en otro hombre: uno que mintió, engañó, fue hostil y rompió promesas».
  • «Él no podía dormir porque, cuando cerraba los ojos, la pornografía se reproducía en su mente. Nunca estará libre de su comportamiento compulsivo porque ha visto miles de videos porno y todos están en su memoria».
  • «Los hombres que miran porno y tienen gusto por la violencia sexual, nos tratan a las mujeres como si no fuéramos importantes».
  • «Nos ven a las mujeres como objetos para desear y usar para su gratificación».
  • «Simplemente mentiría al respecto y luego sería descubierto. Realmente no creo que yo le importara mucho en absoluto; no se tomó muchas molestias para evitar ser atrapado. No creo que lo viera como un problema real para él o para mí».
  • «Su desprecio por los sentimientos de su mujer/pareja es una expresión de crueldad psicológica».

Un solo caso de las mujeres que están detrás de estas declaraciones es demasiado. Es otro tipo de violencia, muy silenciosa, pero igual de dolorosa, como el consumo de pornografía. Lleguemos antes, lleguemos a tiempo.