Esta semana se ha presentado la campaña y el programa educativo Despeja la X. Elimina el porno de la ecuación. Una acción de la Consellería de Servicios Sociales, Igualdad y Vivienda de la Generalitat Valenciana, que Dale Una Vuelta ha tenido el placer de dirigir. El diseño corresponde a la agencia creativa Gettingbetter. Esta nueva acción de prevención y sensibilización se centra en la prevención del consumo entre los adolescentes, y está enfocada a los centros educativos de esta región. Según varios estudios, los adolescentes comienzan a consumir estos contenidos a la edad de 11 años, y se convierte en habitual a los 13. Esta realidad tiene numerosas implicaciones, pero la principal es que la pornografía, a esas edades, se suele considerar una escuela de educación sexual.
El contenido de Despeja la X, en forma de carteles y reels, se distribuirá en todos los centros educativos valencianos durante las próximas semanas. Además, se proporcionarán recursos para varios educadores de diferentes ámbitos, a través de sesiones de formación online y de una guía descargable. Por otra parte, otras sesiones presenciales, bajo el título «Ponte en su piel», se centrarán en el nexo entre pornografía, prostitución y trata.
Esta campaña es sencilla, directa y abierta. A través de un «examen», se busca que los adolescentes reflexionen y saquen sus conclusiones sobre el impacto que les puede causar la pornografía. ¿Cómo? A través de tres preguntas:
1. Si eres del 50% de adolescentes que afirma que la pornografía es una inspiración en sus relaciones sexuales, ¿cuánto tardarás en ver a las personas como productos?
2. Si eres del 76% de adolescentes que ve porno violento y que lo entiende como escuela sexual, ¿en qué porcentaje crees que afectará a tu forma de mirar las relaciones?
3. Si formas parte del 70% de adolescentes que se han cruzado con el porno de manera accidental… ¿Cuántas veces asumes que “son solo imágenes” que no te influyen?
La mirada, protagonista
En esas preguntas de «examen» se encuentra de fondo el poder de la mirada. De alguna forma, en el fondo, somos lo que vemos, como aparece en uno de los textos de la campaña. Igual que cada vez se busca una alimentación más sana para nuestro cuerpo, hoy día debemos cuidar también la alimentación visual. En una sociedad hipersvisual, en la que permanecemos pegados a una pantalla durante muchas horas al día, el autocontrol es básico.
Se suele afirmar que lo que vemos, influye en lo que pensamos, lo que pensamos en lo que sentimos y lo que sentimos en cómo actuamos. La mirada parece inocua, pero no es así. La mirada importa, influye. Se podría pensar que “No pasa nada, solo son imágenes”, pero la realidad no engaña. Aunque la pornografía es virtual, sus consecuencias son reales. Lo peor del porno no es lo que ves, sino lo que te impide ver: una persona con todo su valor, grandeza y derechos.
Presentación en Valencia
El acto de presentación, en el Palacio de Pineda, tuvo lugar el 1 de abril, y contó con la asistencia de la vicepresidenta primera y consellera Susana Camarero; el comisionado para la Lucha contra la Violencia sobre la mujer, Felipe del Baño; la escritora, guionista y directora de cine Mabel Lozano; y el director de nuestra asociación, Jorge Gutiérrez.
“Es un examen que no basta con aprobar, hay que sacar la máxima nota, porque el resultado de este examen influye en nuestro modo de ser, de sentir, de amar”, apuntó Jorge Gutiérrez. Por su parte, Mabel Lozano, cineasta, escritora y activista en defensa de la mujer, insistió en la unión entre trata, pornografía y prostitución, y afirmó que son tiempos de acción, no de quejas, en los que hay que “ocuparse, no preocuparse”, un mensaje dirigido tanto a las familias como a los centros educativos. Por su parte, Susana Camarero, apuntó que los jóvenes “deben aprender a distinguir entre lo real y el espejismo virtual”.
Nuestro hijo de 11 años ha estado viendo porno por influencia de la curiosidad que de compañeros del cole le han motivado. Cómo lo podemos ayudar para que se salga de esto antes que valla a más
Buenos días, le respondemos por otra vía a su preocupación. De todos modos, lo mejor es hablar con él abiertamente, con cariño y sin alarmismos, y procurando que las conversaciones queden abiertas para seguir hablando en el futuro. Y por supuesto estableciendo algunas medidas protectoras en casa, en los dispositivos, etc. En definitiva, ver este hecho como una buena oportunidad para ganar en confianza y para hablar de temas que quizá no se hayan tratado en su educación.
Un cordial saludo,