Noviembre es un mes anodino, frío, que suele pasar más bien desapercibido, al menos en España y en países del mismo hemisferio. Desde hace unos años, a través de diferentes organizaciones de Estados Unidos y otros países de habla inglesa, ha ido creciendo el movimiento #NoPorNovember, que no hace falta ni traducir.

Junto al #NoPorNovember también ha ido cogiendo fuerza otro similar, llamado #NoNutNovember, que pone el foco en dejar la masturbación y la pornografía, ambas perfectamente unidas, como es evidente. Recordamos que, por ejemplo, en Estados Unidos existe un movimiento social en Reddit llamado NoFap, que aglutina a un millón de personas. El término «fap», para los menos iniciados, hace referencia a la masturbación.

La vida esta llena de retos, de oportunidades, de competición y superación de obstáculos en todos los niveles, quizá sobre todo en el terreno deportivo. Pero hay algo que supera al deporte en ese impulso por sobreponerse, por alcanzar una meta. Nos referimos a la adicción o, más concretamente, al deseo de contar los días que uno o una está limpio de cualquier tipo de adicción. Y aquí entra, de lleno, la pornografía, aunque hablemos de uso frecuente y problemático más de que adicción en la mayoría de los casos. El reto de los 21 días, el reto de los 90 días, son expresiones habituales en este tipo de foros y de personas que anhelan llegar a esos niveles de abstinencia.

Estados Unidos y México

El movimiento #NoPorNovember tiene su origen en la plataforma Fight the new drug. Desde hace unos años, durante este mes, lanza una campaña animando a conseguir este reto: no ver porno durante treinta días. En su portal web se encuentran abundantes recursos para afrontar estas cuatro semanas con las pilas cargadas. Se pueden leer, ver y escuchar piezas en diferentes formatos, con la idea de ayudar a otros, aprender uno mismo o directamente buscar consejos rápidos para dejar la pornografía.

 

 

Un poco más abajo, en México, otro movimiento acaba de lanzar una campaña similar. En este enlace podrás leer el plan Porno Detox, propuesto por otra entidad que busca dar recursos a favor de aquellos que realmente desean salir de la pornografía. En este caso, se trata de «un reto totalmente gratis de 14 días, en el que podrás hackear tu cerebro para tomar la decisión de dejar la pornografía y empezar tu proceso de liberación». Durante la primera quincena de mes, si te suscribes, recibirás cada día diferentes tips.

 

 

Iniciativas de este estilo pueden gustar más o menos, servir mucho o poco, tener aciertos y errores, pero desde aquí pensamos que cualquier esfuerzo para vivir el sexo de una manera más libre es siempre bienvenido. En nuestro caso, sin tener una campaña específica -quizá el año que viene: se admiten ayudas y sugerencias- queremos aportar una relación de 13 consejos, que pueden ser útiles para alejarse de este consumo. Aquí van:

 

13 consejos experimentados por Dale Una Vuelta

1. Localiza situaciones, objetos, lugares o personas que activan el deseo de consumir contenido pornográfico. Trata de averiguar qué patrones se repiten en los momentos de recaída. Todo esto te ayudará a estar más atento en próximas ocasiones, incluso a sustituir hábitos.

2. Si has visto pornografía, aprovecha la oportunidad y hazte alguna pregunta: ¿qué ha pasado antes de consumirla? ¿en qué pensaba? ¿qué sentía? ¿me pasa cuando sucede algo relacionado conmigo, con otras personas, con problemas de otro tipo, con dificultades en el trabajo o la familia? ¿para qué la consumo?

3. Piensa en si te sientes triste, aburrido, solo o angustiado cuando visualizas, a veces el consumo de pornografía se utiliza de manera inconsciente a modo de recompensa para tapar otras emociones. Si detectas alguna emoción previa, trata de identificar por qué te sientes así y no dejes que esa emoción te lleve como una ola: focaliza tu atención en otra cosa o actividad que te permita salir de ese estado emocional negativo.

4. Dedica tiempo a diario para fomentar las relaciones sociales, quedar con amigos, hacer llamadas de teléfono… leer un libro que sea de interés, escuchar música y, sobre todo, hacer deporte. Si no te gusta practicar ejercicio puedes optar por hacer a diario movimientos en casa, en cualquier lugar, que no sean muy fatigosos.

5. Organiza cada mañana una agenda o una lista de las cosas que harás; programa tu día, no te dejes llevar: conduce tu coche, lleva tú el volante de tu vida. Cultiva aficiones, come de forma saludable y duerme al menos siete horas cada jornada. Ocupa tu tiempo, llena el día.

6. Activa algún tipo de filtro en los dispositivos que utilices habitualmente (ordenador, móvil, televisión) y elimina todo el material pornográfico que tengas almacenado.

7. Sitúa tu ordenador o móvil en un lugar abierto y visible de tu casa o del trabajo. La pornografía es amiga de la soledad; por tanto, busca espacios comunes, no encerrados.

8. Reordena tu visión acerca de las personas y de una sexualidad saludable. Haz el ejercicio de mirar a otras personas y descubrir aquellas cosas que te gustan de ellas. La imaginación se ve afectada tras un consumo excesivo de pornografía; pelea por trabajar la idea de sexualidad sana.

9. Retrasa cinco minutos cualquier deseo que tengas, ya sea comer un dulce, jugar a la play, o como es lógico, ver pornografía… Y cuando tengas controlados 5 minutos a los deseos o impulsos añade un minuto más, a modo de reto. Esto te ayudará a entrenar tu voluntad y a ir tomando las riendas de tu vida.

10. Infórmate de los efectos negativos del consumo de pornografía y sobre la oscuridad que acompaña a dicha industria. Todo el tiempo que inviertas en aprender acerca de lo que consumes y que te está haciendo daño, es tiempo que inviertes en tu recuperación.

11. Cuando la necesidad de consumir pornografía aparezca, acéptala sin tener que saciarla, acepta la incomodidad. El equilibrio no está en sentirse siempre satisfecho, feliz, pleno y en obtener siempre lo que queremos. El equilibrio está en asumir que la vida no es perfecta, que a veces uno siente carencias (hambre, sexualidad, frio, calor, amor…) aceptarlo y poder ser feliz en el presente, igualmente.

12. Ten prevista alguna vía de escape cuando la conducta se activa (llamar a alguien, salir a la calle) y recordatorios que te lleven a valorar lo que realmente quieres (una fotografía de tu pareja o familia, un objeto que relaciones con algo positivo, etc.).

13. Piensa cada noche en tres momentos del día que te hayan gustado. No tienen por qué ser grandes cosas. Tal vez un buen desayuno, una conversación con un familiar, un momento agradable con los compañeros de trabajo… Este hábito ayuda a tener presentes las cosas gratificantes que tienes en la vida, lejos de la espiral de la pornografía.