Es una manera de titular, como es lógico. Si solo vas a leer hasta aquí, quédate con esta otra idea: la adicción no tiene nada de positivo. Pero vayamos a una explicación más detallada. La adicción a la pornografía y el comportamiento sexual compulsivo tienen el poder de destruir nuestra vida. Deterioran la mente, destrozan tus relaciones, afectan a nuestro día a día. No hay que mirar muy lejos ni hacer grandes estudios para ver los efectos negativos de la pornografía. Lo mismo ocurre con cualquier otra adicción o comportamiento compulsivo con el que puedas luchar.

Sin embargo, como en numerosos aspectos de la vida, todo se supera mejor mirando los lados o puntos positivos, que siempre existen. Y en este sentido, aunque parezca mentira, también debes reconocer que hay algunos aspectos positivos en tu adicción al porno. Efectivamente, como puedes intuir, no nos referimos a los beneficios de la pornografía en sí misma, sino a tu relación con ella y a todo lo que te ha supuesto su consumo habitual.

La mayoría de la gente que lucha contra la adicción a la pornografía empezó a verla cuando eran más jóvenes, normalmente durante la adolescencia. Y ese consumo se convirtió en una estrategia de afrontamiento para lidiar con las emociones difíciles de aquella época. Ayudaba a manejar el estrés y proporcionaba consuelo y alivio. Incluso el porno también pudo enseñarte algo del sexo, aunque de forma equivocada.

Pero cuando hablamos de lo positivo de tu adicción nos referimos más exactamente a los puntos fuertes que has podido experimentar precisamente en tu vulnerabilidad, en el proceso adictivo, en tu hundimiento. Bien entendida, la debilidad se puede convertir en un arma muy potente. Esta es la visión adecuada. Algunas notas positivas en este proceso pueden ser las siguientes.

  1. Aprender los límites de uno mismo, darse cuenta que no podemos solos, que la ayuda de otros es necesaria. La vulnerabilidad bien llevada es maravillosa y elimina ansiedades y agobios: nos convierte en personas que aprenden a aceptarse, que es el primer paso para quererse.
  2. Controlar las emociones. Te dejaste llevar por ellas y la respuesta, el modo de regularlas, fue equivocada. Ahora la decisión está en tu mano, porque con tu experiencia ya sabes que lo importante es que tú seas el dueño de tus propias emociones. Algunas apenas podrás gobernarlas o dominarlas, pero sí encauzarlas un poco mejor.
  3. Intentar algo nuevo siempre es una victoria. Fíjate en los logros, no te quedes en los tropiezos. Celebra esos micro progresos que para ti son pasos de gigante. Decía uno: “Estoy en el sexto día sin consumir. Lo estoy pasando mal, pero estoy contento”.
  4. Afrontar los desafíos. El optimismo convierte los desafíos en algo bueno; si prosperamos en ellos, cada reto nos servirá para mejorar en cualquier otro aspecto de nuestra vida. Los esfuerzos siempre tienen premio, a veces en otras parcelas vitales.
  5. Tener un proyecto vital sirve para dejar de lado cualquier adicción. Trabaja en esa dirección, despliega tus puntos fuertes. Evita la lucha cuerpo a cuerpo contra la pornografía, supérala con grandes objetivos que te hayas marcado. Busca primero la felicidad, después el placer. No al revés.

Tu cerebro no se vuelve adicto a algo porque le guste serlo a cosas que no son buenas para él. No empezaste a consumir porno con la intención de desarrollar una adicción a la pornografía que te paralizara. Tu cerebro disfrutaba viendo pornografía porque había un beneficio a corto plazo, muy a corto plazo, en un momento de tu vida. Ahora se trata de seguir buscando ese beneficio en el largo recorrido, en una vida más feliz, más relacional, más afectiva.

No lo dudes. Hay un placer mayor que el porno: salir de él.