Las redes sociales no dejan de crecer, y con ellas los pros y contras que supone su uso para la sociedad, especialmente para la población joven.

En este caso, nos centraremos en Instagram, la favorita de los adolescentes y universitarios. (Moreno, 2018; The Social Media Family, 2020). Según los datos de The Social Media Family en 2020 en España, Instagram es la segunda red social con 16 millones de usuarios, solo por detrás de Facebook con 22 millones. En todo el mundo, Instagram cuenta con 1.000 millones de usuarios activos al mes.

Esta red social ha sido y sigue siendo criticada por su política de censura de cualquier parte íntima del cuerpo, y al mismo tiempo por la cosificación y sexualización de niñas y chicas jóvenes. Es cierto que Instagram tiene normas concretas y rigurosas sobre los desnudos y prohíbe abiertamente la pornografía, sin embargo, una gran cantidad de imágenes publicadas muestran de manera indirecta cuerpos hipersexualizados, incluso de niñas menores. Hay quien dice que premia la sensualidad pero prohíbe la desnudez.

Un estudio reciente (Díaz-Altozano, P., Padilla-Castillo, G y Requeijo-Rey, P., 2021), realizó un análisis sobre los hashtag que recopilaban este tipo de contenido y dividió la muestra en niñas menores de 13 años (edad no legal para tener una cuenta de Instagram) y niñas de 13 años o más. En el caso de las niñas sin edad legal para gestionar un perfil de Instagram, suelen ser las madres o industrias publicitarias quienes gestionan la cuenta y deciden la imagen que deben presentar las niñas. Por otro lado, las chicas de 13 años o más se muestran infantilizadas con el objetivo de querer seguir pareciendo niñas, utilizando la infancia como reclamo sexual y como medio para mostrar sensibilidad y sumisión. De esta forma, se aprecia que las niñas buscan parecer adultas, mientras que las chicas buscan parecer infantiles, apareciendo una inversión de estilos sobre la edad como reclamo sexual.

Estos perfiles públicos, aparecen abiertos y son gratuitos, actuando como fuente de material de contenido pornográfico a pesar de no mostrar contenido sexual explícito.

Esta sexualización ha alertado a diferentes colectivos y ha motivado numerosas investigaciones en los últimos años (Gerding y Stevens, 2018). La Asociación Americana de Psicología (APA, 2007) considera que existe sexualización cuando:

  • El valor de la persona es determinado por su atractivo o comportamiento sexual.
  • La persona está sujeta a un patrón que iguala el atractivo físico con ser sexy.
  • Se convierte a la persona en un objeto.
  • Se impone a la persona una sexualidad inapropiada.

Este último punto sería el más relevante en cuanto a la sexualización de las niñas, quienes muestran estilismos, peinados, maquillajes, gestos o actitudes propias de mujeres adultas. Asimismo, también se incluye dentro de la sexualización de las niñas la infantilización de mujeres jóvenes y adultas.

Esta sexualización puede conllevar consecuencias graves, como el aumento de la probabilidad de sufrir problemas físicos y psicológicos (Albéniz, 2020) y tener una imagen negativa del propio cuerpo y de las futuras relaciones e interacciones sexuales (Coy, 2009).

¿La solución? Como forma de prevención o manera de revertir esta situación, se percibe necesario hacer conocedores de esta realidad tanto a madres, padres y educadores como a jóvenes, para que sean conscientes del uso que ellos dan a las redes sociales, y del uso que otros pueden hacer de sus imágenes. Solo desde una buena educación sexual y formación específica se podrá censurar y condenar este tipo de contenidos y cualquier forma de sexualización que altere la igualdad de hombres y mujeres. Si quieres conocer más formas de prevención de Instagram, puedes echar un vistazo a nuestro artículo «8 consejos sobre el uso de Instagram en los adolescentes».

Por su parte, Instagram deberá mejorar sus algoritmos y ser capaz de detectar esta sexualización y cosificación implícita que se esconde tras las fotografías, sin ser necesariamente cuerpos desnudos. Pues no solo el cuerpo es la representación de la cosificación, son muchos los matices que van calando en la percepción social.

 

Bibliografía

Albéniz, Myriam Z. (2020). “El auge de la erotización de la infancia”. La Provincia. Diario de Las Palmas, 13 septiembre.

American Psychological Association (2007). Report of the APA Task Force on the Sexualization of Girls.

Cobo Bedia, Rosa (2015). El cuerpo de las mujeres y la sobrecarga de la sexualidad. Revista de Investigaciones Feministas, 6, 7-19.

Coy, Maddy (2009). Milkshakes, lady lumps and growing up to want boobies: how the sexualisation of popular culture limits girls’ horizons. Child Abuse Review, 18(6), 372-383.

Díaz-Altozano, P., Padilla-Castillo, G., & Requeijo-Rey, P. (2021). Sexualización de niñas en redes sociales: la necesidad de inteligencia semántica en Instagram1. Investigaciones feministas12(1), 31-45.

Gerding Speno, Ashton; Stevens Aubrey, Jennifer (2018). Sexualization, Youthification and Adultification: A Content Analysis of Images of Girls and Women in Popular Magazines. Journalism & Mass Communication Quarterly, 95(3), 625-646.

Moreno, Manuel (2018). La enciclopedia del community manager. Madrid: Deusto.

The Social Media Family (2020). VI Informe del uso de las redes sociales en España.