En mayo de 2023 Mina Shaheid defendió su tesis doctoral titulada «Explorando las necesidades de terapias no basadas en la vergüenza», en la Universidad de Bethel, Filadelfia, Pensilvania. En este trabajo Shaheid llegó a distintas conclusiones, entre ellas que la vergüenza precede al consumo compulsivo de pornografía y además es una consecuencia de la adicción a la pornografía. Para poder comprender a fondo esta conclusión debemos analizar qué es la vergüenza.

Lo que esconde la vergüenza

La vergüenza es una emoción social que siente el ser humano ante una acción que ha realizado y la valora como negativa o mala. Es una emoción natural y adaptativa, que cumple su función de señalar qué es lo correcto para convivir dentro del grupo social y de este modo nos permite asumir las reglas sociales, poder convivir y pertenecer a este grupo. Sin embargo, la vergüenza deja de ser funcional cuando nos desborda y se asienta en nosotros.

Está claro que todas las personas sentimos vergüenza, pero lo importante es lo que hacemos con ella. Existen dos opciones; una sería la de mantenerse en la vergüenza o intentar salir de ella hacia la responsabilidad. Por ejemplo, una persona que ha consumido pornografía, puede sentir vergüenza después de haber realizado esta acción, pero si se queda en la vergüenza tiene mayor probabilidad de volver a consumir que la persona que intenta transitar de la vergüenza a la responsabilidad.

De un modo general, se puede afirmar que la vergüenza condena a la persona, cuando esta se centra en los fallos, en los errores, que le lleva a despreciarse y a adoptar una actitud pasiva, inmóvil ante el problema, sin buscar soluciones o medidas para que no vuelva a ocurrir. Esto ocurre porque el sujeto piensa que él es así y no va a poder cambiarlo. Nunca va a poder cambiar porque es un defecto de su carácter y, por lo tanto, esta persona se condena a sí misma e intenta esconder sus acciones.

Al tener esta visión tan negativa de sí misma, esta persona presenta mucho miedo ante las opiniones y puntos de vista de otras personas. Por supuesto, ante la vergüenza a la crítica no se permite pedir ayuda, restringiendo de esta manera la posibilidad de cambio. También los individuos que se estancan en la vergüenza se aíslan socialmente y evitan hablar del tema. Como consecuencia, fomenta el engaño a los demás y a uno mismo, e intensifica el atrapamiento en el consumo de la pornografía, aumentando la probabilidad de desarrollar una adicción.

  • Pero… si he caído en esta dinámica de la vergüenza ¿ya no puedo salir de ella?
  • Sí, se puede salir. La solución pasa por trasladarse de la vergüenza a la responsabilidad.

La responsabilidad, clave del éxito

La responsabilidad, según la RAE, es la capacidad que tiene el ser humano para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente. Por lo tanto, si reconozco y acepto que he consumido pornografía, esto me va a permitir continuar hacia adelante, con vistas al cambio, y no repetir esta acción. Porque la responsabilidad condena el comportamiento no a la persona, de tal manera que la persona siente remordimiento por la situación, porque ha cometido un error y condena su comportamiento, no se condena a sí misma y no siente desprecio por sí misma como en la vergüenza.

Además, la responsabilidad saca a uno de su egocentrismo, de mirarse a sí mismo y criticarse, y dirige la mirada también hacia la otra persona que se ve agraviada por la acción que ocurrió, aumentando la empatía.

Como hemos comentado con anterioridad, estas actitudes llevan al sujeto a una actitud proactiva, en la que dicha persona se mueve y actúa para reparar el daño hecho, buscar apoyo y poner todos los medios para acabar con la conducta-problema, en este caso el consumo de pornografía. Por supuesto, el individuo que se traslada de la vergüenza a la responsabilidad, disminuye la vulnerabilidad de desarrollar adicción a la pornografía y reduce el riesgo de padecer problemas de salud.

Por lo tanto, este estudio nos enseña que al tratar y prevenir el consumo de pornografía es vital poner el foco en la importancia de pasar de la vergüenza a la responsabilidad, entre otros aspectos. Este cambio ayuda a promocionar la salud de las personas, puesto que aumenta la probabilidad de ayuda, tanto para salir como para prevenir el consumo de pornografía y futuro uso problemático.

 

Referencias:

Shaheid, M. (2023). Exploring the Need for Non-shame Based Therapeutic Approaches for the Treatment of Pornography Addiction (Doctoral thesis, Bethel University). Spark Repository. https://spark.bethel.edu/etd/957

Fernando Muñoz-Montesinos / Psicólogo General Sanitario y director de proyectos en Dale Una Vuelta