En los últimos años se ha dado un aumento de acceso y consumo de la tecnología en gran medida a causa de la pandemia y el confinamiento. Estos acontecimientos supusieron cambios en nuestros hábitos y un estilo de vida cada vez más digital. Las videollamadas, conferencias digitales o la educación a distancia son herramientas que se introdujeron en nuestra rutina, las cuales están cada vez más adaptadas e integradas en la forma de comunicarnos.

No cabe duda de que Internet ofrece multitud de posibilidades, algunas buenas y otras no tan buenas. Para regular estas últimas, en 2012 surgió Qustodio, una herramienta de control parental y bienestar digital para familias y escuelas, cuyo objetivo principal es garantizar el buen uso de las tecnologías por parte de los niños; incluido el tiempo de pantalla, las redes sociales y los juegos.

Un informe reciente

Recientemente, Qustodio ha realizado un informe con niños a nivel mundial centrándose en España, Reino Unido y Estados Unidos, en el que analiza los hábitos de los niños y su uso de la tecnología durante el año 2020. En concreto, se han analizado las categorías de: Aplicaciones de video en línea, redes sociales, juegos, educación y comunicación. En este informe se han incluido encuestas y entrevistas de 400.000 familias con niños de 4 a 18 años donde comparten su perspectiva sobre la tecnología y la vida familiar y sus hábitos de uso. Además, se ofrece una un retrato real del mundo digital, el cual no sólo forma parte del ocio y diversión de los niños, sino que se está introduciendo en la educación y las aulas. De esta forma, se pretende comprender qué supone crecer con la tecnología y vivir cada día más conectados.

Datos actualizados

Número de dispositivos digitales usados a diario por los niños

 2 dispositivos 75%
 3 dispositivos 47%

Entre los datos recogidos, se vio que la mayoría de los hogares utilizan múltiples dispositivos. Por ejemplo, se descubrió que el 47% de los niños usa regularmente 3 o más dispositivos, y el 75% utiliza al menos 2 dispositivos digitales diferentes a diario. Por otro lado, los padres informan que sus hijos pasan la mayor parte del tiempo conectados a sus teléfonos móviles, siendo el 62% de los niños de entre 5 y 15 años los que disponen de un móvil propio. Entre las actividades más populares destaca ver vídeos, socializar y jugar videojuegos. Ante esto, el 79% de los padres es capaz de encontrar efectos positivos relacionados con el uso regular de dispositivos.

Número de horas invertidas en el uso de dispositivos digitales

 Entre 1-2 horas 38%
 Más de 2 horas 31%
Más de 2 horas el fin de semana 53%

En cuanto al tiempo de conexión, el 38% de los niños de 5 a 15 años pasan entre 1 y 2 horas al día conectados y el 31% pasan más de 2 horas en línea todos los días. Este tiempo aumenta durante el fin de semana, cuando el 53% de los niños se conecta durante más de 2 horas al día. Es significativo que los padres españoles en el 66% de los casos afirman estar muy preocupados o extremadamente preocupados por el tiempo que sus hijos pasan frente a los dispositivos. En cuanto a los niños españoles, el 23% de los entrevistados sienten que pasan demasiado tiempo usando la tecnología. No obstante, el 64% de los padres afirma que la tecnología tiene impactos tanto positivos como negativos en sus hijos.

Métodos de control parental

Medios de limitación de tiempo invertido en el uso de tecnologías

 Control de uso de videojuegos  52%
 Limitación de navegación en Internet 46%
Uso de herramientas de control parental y filtros de contenido 46%
Revisión de historial de navegación 39%
Acceso a cuentas y mensajes de sus hijos 31%

¿Qué métodos utilizan los padres para supervisar el uso de tecnologías de sus hijos? El 80% de las familias sí se preocupan por limitar la conexión de sus hijos, aumentando este porcentaje hasta el 87% en España. El 52% opta por limitar los videojuegos, el 46% limita la navegación en Internet, el 46% emplea herramientas de control parental y filtros de contenido, el 39% revisa el historial de navegación y el 31% accede a las cuentas y mensajes de sus hijos. En Estados Unidos y Reino Unido los niños se muestran contrarios a estos controles, sintiendo que su intimidad está siendo invadida; mientras que en España muestran una reacción positiva a esta supervisión, entendiendo que esta ayuda a navegar y administrar mejor su tiempo en línea.

Sin embargo, las tecnologías no sólo se han introducido en las familias, también han llegado a las escuelas. Las nuevas formas de aprendizaje han cambiado la educación para siempre, siendo herramientas muy útiles para educadores, estudiantes y familias.

Pros y contras del aumento de consumo de tecnologías

A pesar de encontrar aspectos positivos para el aprendizaje, también se encuentran riesgos asociados. El principal efecto negativo es el hallazgo de que la salud mental se está viendo afectada, disminuyendo el bienestar psicológico y aumentando la ansiedad y la depresión. Además, la salud física de los niños comienza a ser preocupante por falta de actividad física, así como problemas de fatiga visual. Entre los encuestados, el 76% de las familias reconoce que el uso rutinario de dispositivos afecta negativamente a sus hijos, aunque el 79% también es capaz de destacar efectos positivos y afirman que la tecnología ha ayudado a sus hijos con su aprendizaje.

Los informes muestran que el aumento de tiempo de uso de dispositivos, especialmente sin supervisión, aumenta el riesgo de que los niños se expongan a contenido dañino e inapropiado. Del mismo modo, aumenta el riesgo de acoso cibernético y aumenta la vulnerabilidad de los menores hacia las amenazas. Como aspecto positivo, los niños son cada vez más conscientes de los riesgos asociados al consumo de Internet. Entre los riesgos y preocupaciones expresadas, los niños de entre 10 y 13 años destacan: cyberbullying, acoso de desconocidos, adicción a las tecnologías, ser hackeados, exposición a contenido inadecuado y problemas de salud visual.

Internet como herramienta

Tras este análisis exhaustivo del uso que hacen los menores de Internet, se puede concluir la idea principal de que Internet es una herramienta muy potente que puede ofrecer multitud de recursos. Además, se han recogido diferentes opiniones sobre sus beneficios, los tipos de supervisión, el tiempo que se debe emplear en los dispositivos electrónicos y su utilidad para la educación; tanto entre los adultos como entre los niños. Por lo tanto, podemos pensar que el problema no radica en las tecnologías, sino en el uso que las personas hacemos de ellas. A pesar de que el uso de estos dispositivos ya está totalmente normalizado en nuestra sociedad, aún es necesario que pasen años para poder conocer realmente los efectos a largo plazo del aumento progresivo de consumo de las pantallas.

La importancia de la salud mental

Por último, cabe resaltar la importancia de la salud mental y el aumento de los problemas que se está observando en este aspecto. Hoy en día, no es viable (ni positivo) plantearse la opción de eliminar de manera radical el uso de las tecnologías, pues sirven como medio de comunicación, de trabajo, de estudio, de diversión y de socialización. Sin embargo, no cabe duda de que hay que prestar una mayor atención y centrar más esfuerzos en regular el consumo y encontrar un equilibrio para cada persona en particular que le permita vivir de manera saludable, creando hábitos que ayuden tanto a los jóvenes como a los adultos a incorporar en su vida esta herramienta de la manera más equilibrada posible.