Cuando hablamos de pornografía, todos sabemos a lo que nos referimos ¿verdad? Pero, ¿conocemos realmente de lo que estamos hablando? Por ejemplo, ¿te has preguntado alguna vez cuándo comenzó la pornografía? ¿Si tenía alguna finalidad? O ¿cómo ha ido evolucionando con el paso de los siglos?

Actualmente, la palabra pornografía se define en la Real Academia Española con las acepciones:

(1) Presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación.
(2) Espectáculo, texto o producto audiovisual que utiliza la pornografía.
(3) Tratado acerca de la prostitución.

Esta definición consta en la RAE desde 1899 pero, ¿qué ocurrió antes?

Etimológicamente, la palabra pornografía proviene del griego «πορνη» (pornē) que significa prostituta, y del sufijo «grafía» del griego «γραφια» de la raíz «γραφειν» (grapheĭn) que significa describir o ilustrar. Por lo tanto, el término pornografía etimológicamente significa la ilustración de la prostituta (Peña, 2012).

A pesar de que no existe constancia de que esta palabra fuera empleada hasta la década de 1800 en Francia como pornographie, sí podemos afirmar que la pornografía existe desde tiempos prehistóricos. De esta manera, el ser humano representaba el cuerpo mediante dibujos o estatuas con caracteres sexuales exagerados y desproporcionados. No obstante, la finalidad de estas representaciones no era la excitación sexual tal y como la empleamos ahora, sino pedir a los dioses por fertilidad y buenas cosechas. En adición, obras, pinturas, esculturas, rituales, ornamentos, jarrones, murales y diversos hallazgos, reflejan que prácticas como el sexo oral, la masturbación, los tríos, la homosexualidad o la zoofilia eran comunes y socialmente aceptadas en algunas culturas. Asimismo, se han localizado construcciones que se presupone que podrían haber sido empleadas como burdeles en países como Grecia, India y China.

La pornografía, tal y como la conocemos ahora, surgió en el siglo XIX con la invención de la fotografía. Pese a la censura de la época, estos contenidos se consideraban un ejercicio de libertad, lo que permitió la expansión, universalización y el consumo masivo (Arcand, 1993).

No obstante, fue un siglo más tarde (1960), cuando los contenidos fueron más extremos, representando el sexo con mayor crudeza. Además, cabe destacar la fundación de Playboy (1953) y Penthouse (1965), siendo fundada esta última con el objetivo de superar a Playboy ofreciendo contenidos más provocadores (Veschi, 2022).

Actualmente, la pornografía se puede encontrar mediante multitud de medios como la fotografía, el cine, la escultura, la literatura, la pintura y revistas; aunque ha sido en los últimos años cuando ha aparecido nuestra mayor amenaza, la vía de acceso que cada día es más accesible a todas las edades. Nos referimos a la tecnología e Internet.

El móvil y el ordenador se han convertido en el medio más empleado para acceder a contenidos de pornografía. Al ser tan accesible, asequible y anónima (Cooper 1998), además de ser tan aceptada socialmente, es cada vez más fácil consumir y caer en una posible adicción. Estados Unidos y Europa, son los mayores productores de pornografía y los mayores beneficiados, ganando millones de dólares gracias a este negocio. Por otro lado, en países como China, Corea del Norte o países islámicos, este contenido es totalmente prohibido (Veschi, 2022).

Por último, cabe destacar que plasmar un acto sexual explícito mediante medios gráficos, involucra una relación de acto y consumo, en su mayoría con fines comerciales, además de ofrecer una visión estereotipada y cosificada del acto sexual, y una dialéctica entre prohibición/transgresión con una sensación de novedad y derecho (Altmann, 2006), lo cual nos hace creer que nuestra liberación está en juego (Marzano, 2006).

A pesar de ello, es importante caer en la cuenta de que el objetivo de este negocio no es otorgarnos libertad, sino ganar dinero sin reparar en la salud física, sexual y psicológica del espectador. Que no te engañen.

 

Bibliografía

Altman, D. (2006). Sexo global. México: Océano.

Arcand, B. (1993). El jaguar y el oso hormiguero. Antropología de la pornografía. Buenos Aires: Nueva Visión.

Benjamin, V. (2022). Pornografía. Extraído el 1 de febrero de 2022, de https://etimologia.com/pornografia/

Cooper, A., Putnam, D. E., Planchon, L. A., & Boies, S. C. (1999). Online sexual compulsivity: Getting tangled in the net. Sexual Addiction & Compulsivity: The Journal of Treatment and Prevention6(2), 79-104.

Marzano, M. (2006). La pornografía o el agotamiento del deseo. Buenos Aires: Ediciones Manantial.

Real Academia Española. (2022). Extraído el 1 de febrero 2022, de https://dle.rae.es/pornograf%C3%ADa

Peña Sánchez, Edith Yesenia (2012). La pornografía y la globalización del sexo. El Cotidiano,   (174),47-57.[fecha de Consulta 1 de Febrero de 2022]. ISSN: 0186-1840. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32523137006