¿Quieres dejar la pornografía y no sabes por dónde empezar? Un principio básico es estar atento a los estímulos o detonantes y a las situaciones de riesgo, que incrementan la probabilidad del consumo de pornografía sin control. Estas situaciones se darán a lo largo de nuestra vida, por lo que será muy útil identificarlos para poder superarlos en el momento adecuado.

Para entenderlo un poco mejor, consideremos el consumo de pornografía como una conducta aprendida. Varios autores han informado que el aprendizaje se genera a través de múltiples experiencias y una de las fórmulas más básicas del aprendizaje es la asociación, estableciendo conexiones entre estímulos, personas o sucesos y el comportamiento. En consecuencia, cuando vemos pornografía, nuestro cerebro de forma casi automática realiza asociaciones con distintos estímulos, que en el futuro se pueden interpretar como señales de activación y derivar en el consumo de pornografía.

Por otro lado, en el ámbito de las adicciones se utiliza el término craving, en español significa el ansia por realizar un comportamiento. Esto nos lleva a desear con tal fuerza el comportamiento que arrastra cualquier consecuencia, aunque sepamos que puede ser perjudicial. Pero el ser humano no sigue un comportamiento encadenado de estímulo y respuesta: entre estos dos hay un espacio, aunque sea mínimo, y ahí está nuestro poder para elegir una respuesta.

Cuando lleguen esos momentos, “insuperables”, recuerda: no sacrifiques lo que más quieres por lo que quieres ahora mismo.

En psicología conductual se identifican tipos de estímulo y respuesta: incondicional, condicional y neutro. Los estímulos incondicionados son aquellos que por su propia naturaleza generan una reacción natural (incondicionada) en la persona (luz, ruido, por ejemplo). El neutro no genera ninguna reacción (mesa, vaso), pero este se puede convertir en un estímulo condicionado por medio de aprendizaje y generará una respuesta aprendida (condicionada) en la persona (la mesa donde suelo cenar con mi familia me genera alegría).

Si trasladamos esta teoría de los estímulos y respuestas al uso de pornografía, nos encontramos con que hay varios estímulos neutros como la vida misma, que se han transformado en estímulos condicionados: una hora de un día determinado, el sonido agradable de una voz, una fantasía recurrente, abrir una aplicación del móvil, o ponerte una prenda determinada. Puede ser cualquier cosa, y es importante que los tengamos identificados. Estos estímulos condicionados son señales en las que la mente hace clic, se engancha a un recuerdo, o un objeto, y ve una oportunidad, casi irrefrenable, de placer. Recuerda un viejo dicho: «antes de llover, chispea».

Algo similar puede pasar con las situaciones, más amplias, que también dependerán de tu historia personal. Aquí hay un riesgo no inmediato, pero sí cercano. Quedarte solo en casa una noche de sábado, el final de un día agotador, una mala noticia, o qué se yo, hasta el sótano de tu casa, como lugar apartado, etc.

valiente. Párate. Busca. Y encontrarás las claves para redirigir tu día a día. ¿Eres capaz de anotar estas situaciones y estímulos? Conseguirlo te hará conquistar tu libertad.

Si quieres de verdad, te puede ser útil protegerte con alguna aplicación que te ayude en esos momentos críticos. La que tú decidas, ¡es tu vida!

Echa un vistazo a estas herramientas:

  1. Rewire Companion: Google Play.
  2. Fortify: App Store y Google Play.
  3. Stop fap: Google Play
  4. Qustodio: Windows, Android, iOs, Kindle.

Y por cierto, no te olvides de tu grupo o “persona salvavidas”: llámale, escríbele, cuéntale ¡Mucho ánimo! Recuerda que estamos aquí para ayudarte, a un correo de distancia, si tienes cualquier duda escríbenos a: [email protected]

El kit de emergencia ¡Vamos! es una serie de vídeos diseñado por nuestra plataforma para ayudar a las personas que están luchando para salir de la pornografía. Si quieres ver este vídeo y el resto, entra en nuestro canal de youtube.