“Soy incapaz de mantener relaciones con mi mujer. Me he acostumbrado a ver pornografía casi todos los días y solo consigo excitarme con lo que veo a través de la pantalla. Mi mujer se frustra, no sabe qué me pasa, se cree que no me gusta… ¿Qué puedo hacer? Mi cuerpo no responde cuando la ve. Ayuda por favor.”

Mensaje habitual que llega a nuestra web. Personas enganchadas a la pornografía, en su inmensa mayoría hombres, que sufren porque no pueden llevar una vida sexual normal. Es cierto que no existe una evidencia científica que demuestre la relación entre disfunciones sexuales y consumo de pornografía. Pese a ello, desde nuestra plataforma podemos afirmar, a través de muchos testimonios, que las dificultades en las relaciones sexuales son reales en muchos adictos a la pornografía.

Los estudios sobre consumo de pornografía muestran que la mayoría son hombres, en torno a un 70%, y que el porcentaje de mujeres ha ido en incremento año tras año. Además, se trata de una actividad habitual entre los jóvenes de hoy y que quizás es fuente de educación sexual para muchos. Pero, ¿qué puede pasar si basamos nuestras relaciones sexuales en lo que proyecta la pornografía?

Así como la pornografía está asociada a cambios comportamentales, aunque no se reconozca aún a nivel científico, de igual manera se asocia a variaciones en la propia sexualidad.

Una persona que presenta problemas en su función sexual, se puede deber a factores biológicos o psicológicos, como ansiedad o presión por parte de la pareja. Pero también, recientes estudios relacionan la aparición de algunas disfunciones sexuales al consumo de pornografía.

Eyaculación retardada

En primer lugar, se estudió si había asociación entre la eyaculación retardada, imposibilidad de eyacular o en caso de lograrlo tarda mucho tiempo, y el consumo de pornografía. Para ello, se estudió a un amplio grupo de hombres de países como Noruega, Croacia y Portugal, algunos con un impulso fuera de control para mantener relaciones sexuales y otros por presentar dificultades al controlar su conducta masturbatoria viendo pornografía. Todos demostraron tener altos niveles de ansiedad y dificultad para tener una relación de pareja.

Posteriormente, surgió el debate a la hora de establecer si realmente su disfunción era por motivo del consumo de pornografía o por estar habituados a eyacular sólo cuando se masturbaban en solitario. Al no encontrar evidencia, se concluyó que no influía la pornografía en esta disfunción, aunque se admitió que fue un estudio transversal (tipo de estudio en que se estudian las variables en un periodo de tiempo) basado en informes de casos y haría falta uno más extenso y específico.

Disfunción eréctil

Por otra parte, se analizó si la incapacidad de conseguir una erección, estaba asociada al consumo de pornografía, pues algunos estudios apuntan a que sí hay relación entre un adicto al sexo y la dificultad por conseguir la erección.

En este artículo se presentaron dos informes clínicos. En el primero se investigó un hombre de 40 años consumidor de pornografía y con dificultad de tener una erección, el cual reconoció que cada vez encontraba a su esposa menos atractiva sexualmente. Al paciente se le comunicó que esto pudo haber sido causado debido al fuerte contenido pornográfico que estaba accediendo.

Un segundo caso, fue un chico de 24 años que consumía alcohol y antidepresivos. Tuvo un intento de suicidio y afirmó que veía pornografía alrededor de 5 horas al día por un tiempo de 6 meses.  Al igual que el primer caso, este hombre notó una disminución en el interés sexual hacia su pareja y reconoció alcanzar la erección solo cuando veía pornografía.  Aunque en ambas situaciones es complicado hacer una relación directa y única entre la disfunción eréctil y el consumo de pornografía, sí que fue el denominador común.

Aunque diversos estudios respaldan la pornografía como denominador común en hombres con disfunción eréctil, hasta el momento la evidencia encontrada no es lo suficientemente fuerte como para relacionarlos directamente.

Cambios en la satisfacción sexual

La hipótesis de que una frecuente exposición a pornografía puede afectar la satisfacción sexual es planteada por varias razones:

-Comparación de nuestra pareja con la del vídeo pornográfico.

-Frustración cuando la pareja no está dispuesta a recrear las escenas.

-Elección de ver pornografía en lugar de tener relaciones sexuales.

Al introducir los términos «pornografía y satisfacción sexual» en internet, encontramos 23 artículos que informan de estudios observacionales donde se relacionan estos dos conceptos.

En conclusión, se respalda la hipótesis de que consumir pornografía puede estar ligado a la presencia de disfunciones sexuales, siendo la más prevalente la disminución en la satisfacción sexual. Para poder demostrar la presencia de disfunción eréctil o eyaculación retardada (disfunciones más prevalentes entre las personas que nos escriben) se necesitan más estudios de tipo longitudinal, aunque -como hemos mostrado- cada vez hay más datos y testimonios que relacionan ambos conceptos.

 

Fuentes:

Berger JHKehoe JEDoan APCrain DSKlam WPMarshall MTChristman MS (2019). Survey of Sexual Function and Pornography. Military Medicine, 184(11-12):731-737.

Dwulit ADRzymski P (2019). The Potential Associations of Pornography Use with Sexual Dysfunctions: An Integrative Literature Review of Observational Studies. Journal of clinical medicine, 26;8(7).