¿Te han diagnosticado o tienes a algún conocido cercano con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)? ¿Alguna vez te has preguntado si guarda alguna relación con las adicciones y de forma más específica con la pornografía?

El TDAH suele aparecer en edad infantil (2,5%- 4,4%) y en la mitad de los casos se mantiene hasta la edad adulta. Este trastorno presenta una gran carga genética, siendo muy posible que los padres también lo padezcan. 

Se caracteriza por un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo de la persona. Los síntomas relacionados con la falta de atención tiene que ver con: rechazar tareas que requieren atención sostenida y un esfuerzo mental, distracción fácil con estímulos externos, pérdidas de objetos y olvidos. Por otro lado, los síntomas relacionados con la hiperactividad-impulsividad se caracterizan por hablar en exceso, interrupción o intrusión en las conversaciones de otros, dificultad para esperar el turno e inquietud (DSM-5).

Estas personas mantienen en su organismo niveles de concentración bajos de serotonina y dopamina. La dopamina permite a la persona disfrutar, presentar un estado anímico positivo y mantener una elevada motivación. Si esta sustancia es escasa, el individuo se siente poco activado y esto le produce la búsqueda de sensaciones, que implica conductas arriesgadas para lograr la activación de la que carece. Del mismo modo, la funcionalidad de la serotonina consiste en inhibir y regular la conducta, por lo que la menor concentración de esta sustancia genera una elevada dificultad para inhibir el comportamiento. 

¿Y la pornografía? ¿Genera cambios en nuestro organismo? ¿Tendría relación con estos neurotransmisores o más bien parece ser un planteamiento absurdo? 

A lo largo de los años, se ha hipotetizado que el perfil de persona con TDAH y con síntomas específicos de hiperactividad-impulsividad podrían ser la clave de la alta comorbilidad con el consumo de pornografía fuera de control, ya que los estudios muestran una relación moderada y positiva entre rasgos impulsivos y el consumo de porno. En concreto, el TDAH tiene una alta comorbilidad con esta actividad sexual, entre el 17% y 67% de las personas que refieren sufrir este problema cumplen criterios de TDAH.

Las personas diagnosticadas en la infancia de TDAH suelen tener problemas en las relaciones sociales, dificultades académicas y fallos a la hora de terminar las tareas. Si no se aplica un tratamiento adecuado, estos problemas puede que no desaparezcan en la vida adulta. Las dificultades en la vida social pueden generar sentimientos de soledad, muy prevalentes en personas con dificultades en control de su propia conducta sexual, y disminución del rendimiento laboral a largo plazo. Estas dificultades van acompañadas de emociones negativas y conduce a la persona a realizar determinadas conductas para aliviar esas emociones que le producen malestar. La actividad sexual le sirve como automedicación para modificar el estado de ánimo y así alcanzar un estado de bienestar. También es posible que estas personas tengan niveles altos de estrés y utilicen la pornografía como método de relajación.

Además, las hormonas que “intervienen” en la adicción son la dopamina, serotonina y oxitocina. Durante la adicción, estos neurotransmisores se alteran generando consecuencias como problemas de sueño, de alimentación, niveles altos de agresividad… Imaginemos que a un niño pequeño le regalamos 500 juguetes. Al final se cansaría de estos y dejaría de disfrutarlos al acabarse la ilusión del principio. Si le quitamos los juguetes se enfadaría considerablemente y si en vez de quitárselo le regaláramos otro, sería complicado que de verdad le gustase, ya que probablemente, se “quedase corto” en comparación con varios de los 500 juguetes. 

Del mismo modo ocurre con la pornografía. En vez de regalar 500 juguetes, regala una sobreestimulación sexual elevadísima. El cerebro se acostumbraría, como el niño con tantos juguetes, a esos estímulos sexuales, y si se le presentase uno tan sencillo como un beso a su pareja, entonces se le “quedaría corto”, pues su organismo ya se habría acostumbrado a niveles estimulares sexuales mucho más elevados. Si le quitásemos esos estímulos sexuales tan fuertes, podría incluso entrar en síndrome de abstinencia. 

Lo que genera la adicción en la pornografía es la elevada cantidad de dopamina y serotonina (y oxitocina) que se desprende a nivel cerebral cuando ésta se consume.  Estas hormonas producen tanto placer en el individuo, que la persona comienza a necesitar de la pornografía para estar bien. Si para una persona que ya tiene una concentración adecuada de niveles de dopamina y serotonina, este “chute” de las mismas le puede generar en la mayoría de los casos una adicción. Esto se produce por el placer y satisfacción inmediata. 

Por estas razones podemos imaginar la mayor prevalencia de manifestar una adicción que puedan presentar los sujetos con TDAH; que además tienen de por sí niveles bajos de dopamina y serotonina, por lo que les generaría un placer mucho mayor del que están acostumbrados, además de que les costaría más inhibir su conducta para no consumir pornografía (por la baja concentración de serotonina). 

Si después de leer este post, crees que además de tener problemas con tu propio consumo de pornografía puedes tener síntomas de TDAH, no dudes en ponerte en contacto con un profesional de la salud mental. Si no sabes a quién acudir, puedes escribirnos al siguiente correo: [email protected]. Si el consumo de pornografía fuera de control va acompañada de una patología psiquiátrica, la intervención de profesionales de la salud mental es totalmente necesaria ¡Sé valiente y pide ayuda, nosotros te ayudaremos!

 

Fuentes:

José, D. (21 de diciembre de 2017 ). Nuestras hormonas en las adicciones ¿amigas o enemigas? Adicciones; Prevención de adicciones . Virginia, L. P. (November 2016). 

Naturaleza neurobiológica del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad en la edad adulta: implicaciones criminológicas. PubMed.

DSM-5. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.

Bőthe, B., Koós, M., Tóth-Király, I., Orosz, G., & Demetrovics, Z. (2019). Investigating the Associations Of Adult ADHD Symptoms, Hypersexuality, and Problematic Pornography Use Among Men and Women on a Largescale, Non-Clinical Sample. Journal of Sexual Medicine, 16(4), 489–499. https://doi.org/10.1016/j.jsxm.2019.01.312

Reid, R. C., Davtian, M., Lenartowicz, A., Torrevillas, R. M., & Fong, T. W. (2013, June). Perspectives on the assessment and treatment of adult ADHD in hypersexual men. Neuropsychiatry. https://doi.org/10.2217/npy.13.31

Gudjonsson, G. H., Sigurdsson, J. F., Sigfusdottir, I. D., & Young, S. (2012). An epidemiological study of ADHD symptoms among young persons and the relationship with cigarette smoking, alcohol consumption and illicit drug use. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 53(3), 304–312. https://doi.org/10.1111/j.1469-7610.2011.02489.x