Se podría llamar Javier, Raúl o Jonathan. O también Luis, Bryan o Chema. Y por supuesto Rebeca o Eva, porque ellas también juegan este partido. Incluso se podría llamar como tú, y ser el protagonista de esta situación. La historia de Hugo es la historia de miles de personas que no salen en los medios, ni en las redes sociales. Pero sus aventuras, sus miedos, sus anhelos, sus luchas, son suculentos reportajes en potencia.

Hugo -nombre ficticio- es un caso real. Y las preguntas y respuestas son tan ciertas como la vida misma, porque han ocurrido de verdad.

¿Cómo empezó todo?

El ordenador de la casa estaba en mi habitación y ya con 13 o 14 años buscaba imágenes de contenido sexual en internet. Con el paso del tiempo comencé a ver videos porno y rápidamente se convirtió en una costumbre: todos los días antes de dormir consumía pornografía y me masturbaba. Y así pasaron los años… sin pensar que era algo perjudicial.

¿Tuviste dificultades para excitarte con los estímulos reales? 

Con 19 años tuve mi primera pareja y mi primer acercamiento al sexo real. Al principio todo fue bien, teníamos relaciones sexuales normales y yo seguía con mis hábitos, consumir mucha pornografía y masturbarme con ella. Con el tiempo sí que se convirtió  un problema. La realidad es que yo tenía ganas de sexo real, podría estar muy excitado, pero notaba que iba fallando.

¿Distorsionaba el porno tu percepción de la realidad? 

Absolutamente. Empecé a buscar una perfección física irreal. Me empecé a dar cuenta de que las personas normales no eran suficiente para mí. Buscaba cuerpos como en el porno, cuerpos perfectos. Entonces, empecé a sentir indiferencia hacia la gente normal. Y esto me hizo perder autoestima. He tenido que enfocar la sexualidad de una manera distinta.

¿Se podría decir que has sufrido por culpa del consumo de pornografía?

En mi caso no ha sido un sufrimiento propiamente dicho; he sido capaz de combinarlo con una vida absolutamente normal y eso fue uno de los mayores problemas. Me costó muchos años darme cuenta que tenía un problema con la pornografía, hasta los 24 años no me di cuenta de que lo que hacía no era normal, ni sano. Ahora tengo 27.

-¿Ha conseguido superarlo? 

Estoy mejor que nunca, pero no del todo. La mayor parte del tiempo la pornografía esta fuera de mi vida, pero cuando tengo momentos malos o frustraciones suelo recurrir a ello de forma abusiva. Creo que las adicciones son algo un poco crónico y que yo siempre deberé tener cuidado con este tema.

Cuéntanos el proceso, el punto de partida, los avances, la motivación que mueve a superar la adversidad…

Lo primero fue darme cuenta y aceptar que tenía un problema con la pornografía, como ya he comentado antes fue algo que me llevó muchos años. Empecé a comentar el tema con amigos, me di cuenta de la dimensión del problema y tuve claro que quería cambiar. Pedí ayuda a un amigo psicólogo que me puso en contacto con un compañero suyo especializado en estos temas. Le comenté toda mi historia y él me razonó de qué manera afectaba este consumo compulsivo de pornografía a mi vida. A partir de este momento me propuse solucionarlo y después de un viaje donde estuve unos días sin poder abusar de mi adicción, aproveché el momento y simplemente dejé de hacerlo. Fue así de sencillo: dejar de hacerlo.

Me ayudó mucho tener la opinión de un profesional que me aclaró lo que me estaba pasando y puso negro sobre blanco mi problema. También fue él el que me hizo ver que era un problema que tenía solución y que estaba en mi mano, porque por mucha ayuda que tengas solo el hecho de que tú quieras parar ese comportamiento compulsivo puede hacerte superarlo.

¿Qué le dirías a alguien en una situación similar a la tuya, de consumo de pornografía, para ayudarlo?

Que pare de hacerlo, que aprenda a gestionar su tiempo libre de otra manera. El deporte es algo que a mí me ha ayudado. La adicción a la pornografía es un proceso autodestructivo, solo tú mismo eres quien crea el problema y quien debe solucionarlo. No es extremadamente dañino de primeras, por eso me costó darme cuenta, pero a la larga si conlleva consecuencias muy negativas para tu vida.

(Si te has sentido identificado y crees que puedes tener dificultades a la hora de manejar el consumo de pornografía, no dudes en contactar con un experto. ¡Tu problema tiene solución!).