No es un secreto que la cuarentena ha disparado el consumo de pornografía, sin embargo, también existen otras plataformas con contenido adulto que se han beneficiado indirectamente del confinamiento. OnlyFans es una de ellas.

Imagina un instagram en el que solo pudieras ver el contenido de tu artista favorito tras previo pago de una subscripción a ese perfil. Eso es precisamente lo que hace OnlyFans: permite a los creadores publicar contenidos y recibir pagos directamente de los «fans» a través de suscripciones mensuales o propinas puntuales. La suscripción mínima es de $4.99 hasta un máximo de $49.99 por mes, más propinas por contenido especial o personalizado que oscilan entre $5 a $100.

Lo especial de esta red social y lo que la diferencia de otras plataformas como Patreon es su laxa política de contenido; por tanto, el lugar perfecto para publicar desnudos o pornografía y cobrar por ello. Sin embargo, no solo se publica contenido adulto, también hay artistas, influencers o celebridades que publican contenidos exclusivos, versiones extendidas o entrenadores personales que suben workouts completos. Aunque seamos realistas: OnlyFans es mundialmente conocida por el contenido adulto y no precisamente por los workouts personalizados.

OnlyFans fue fundada en 2016 por Tim Stokely, un emprendedor que hizo sus primeros pinitos creando un sitio web de fetichismo en 2011, donde los usuarios podían hacer peticiones personalizadas a los actores porno a cambio de dinero. Actualmente OnlyFans obtiene ingresos cobrando un 20% de las subscripciones a los creadores.

COVID, celebrities y OnlyFans

La pandemia nos ha metido a todos en casa, y el aburrimiento, la incertidumbre, y la soledad son buen caldo de cultivo para el auge de estas plataformas. OnlyFans ha experimentado un aumento del 75% en sus subscriptores en marzo (3,5 millones de nuevos usuarios, 150.000 cada día). A su vez, muchas trabajadoras sexuales también han visto en OnlyFans una forma de aliviar las pérdidas generadas por el confinamiento, aunque veremos más adelante que no es oro todo lo que reluce.

Personajes famosos, djs, actores porno y un largo etcétera se han sumado al fenómeno de crear contenido subidito de tono para sus “fans” exclusivos a cambio de suscripciones durante la pandemia.

Muchas personas buscan aliviar la tensión generada por la pandemia a través del consumo de pornografía, sexting o sexcaming. PornHub declaró un aumento del 18% en sus visitas durante los meses más duros del confinamiento, y OnlyFans llegó a alcanzar 60.000 nuevos creadores en su plataforma. Sin embargo, nos preguntamos, ¿es segura la red? Parece que ahora cualquiera puede hacer dinero vendiendo desnudos en internet sin ningún riesgo, pero ¿hasta qué punto es eso cierto?

Hackeos

No nos vamos a engañar, si Ashley Madison (web de infidelidades a la carta) fue atacada y se filtraron datos de 37 millones de cuentas, pensar que OnlyFans está a prueba de hackeos es bastante ingenuo.

Sin ir más lejos, OnlyFans sufrió un ciberataque en Febrero de 2020. 1.6TB de videos fueron filtrados y publicados en otras plataformas, la mayoría con contenido pornográfico. [Para más información sobre pornografía y privacidad puedes leer este artículo de Dale Una Vuelta]. El contenido que se publica en la red es siempre susceptible de ser robado y de ser objeto de extorsión.

Los menores, un peligro mayor

Para crear una cuenta en OnlyFans tienes que ser mayor de edad. La forma de verificar la edad es a través de un carnet de identificación oficial como el DNI. Sin embargo, lo único que hay que hacer es subir una foto del carnet y existen muchas formas de saltarse este control. Basta con presentar un carnet falso.

La BBC realizó una investigación exhaustiva de los perfiles de OnlyFans. Empleó un software de detección de edad y descubrió que existían muchos perfiles de personas que aparentaban alrededor de 14 años. En un solo día encontraron más de 2.000 cuentas cuyos creadores/as parecen de menores. Existen declaraciones de personas como “Hannah” que en el documental de la BBC “Nudes4Sale”, afirmó que llegó a ganar entre $15 mil y $20 mil al mes vendiendo desnudos en OnlyFans cuando solo tenía 16 años.

Asegurar que OnlyFans es lugar para pederastas no sería justo, pero sí es cierto que tienen que aumentar considerablemente sus controles de autentificación de edad.

¿Libertad de creación o explotación sexual?

Teóricamente, la gente decide libremente publicar su contenido y recibir ingresos por ello, parece que empodera al creador o creadora. Teóricamente. Para generar unos ingresos decentes no solo hay que tener muchos seguidores sino que también hay que mantenerlos en el tiempo. Esto quiere decir que el contenido que se sube tiene que ser muy frecuente y se convierte en un trabajo a tiempo completo. En el mundo del sexcaming, es muy común estar en pantalla 16-17 horas al día para hacer una buena cartera de “fans”.

Actualmente existe mucha oferta de perfiles, y atraer y mantener a los seguidores necesarios se convierte en un reto. Diferenciarse será cada vez más complejo y posiblemente veamos contenido más y más extremo. A veces oímos las cantidades ingentes de dinero que una famosa gana tras vender desnudos en OnlyFans, pero la realidad de la trabajadora sexual de a pie es otra. Si necesitas el dinero, quien tiene el poder es el consumidor, el cual puede exigirle a la actriz o actor un contenido cada vez más violento, por ejemplo. A veces, “ser tu propio jefe” puede esclavizarte.

Otros riesgos que tampoco se comentan es la dependencia emocional y obsesiones insanas que pueden generarse en el consumidor. OnlyFans tiene los mismos efectos en tu cerebro que ver porno, sin embargo se le adhiere un alto componente emocional o de sentirse especial, pues tienes una interacción más exclusiva con los creadores. Hay personas que pueden confundir la difusa línea entre realidad y fantasía, llegando a gastar más de $10.0000 en sexcams en un mes. Los estudios demuestran que al menos el 40% de los usuarios asiduos de sexcams se han enamorado alguna vez la actriz o el actor. En una relación de sexcaming todo es sencillo y adictivo, solo tienes que dar propinas para que te hagan caso y así suplir tus carencias emocionales y sexuales, no hace falta confrontarse con la posibilidad del rechazo en una cita real.

En resumen, OnlyFans puede parecer una forma más “ética” de crear y de consumir pornografía, pero no nos olvidemos de los riesgos que conlleva. Además, las publicaciones de menores es una realidad y las probabilidades de que OnlyFans se convierta en un lugar para su explotación crecen con el tiempo (a no ser que refuercen sus políticas de autentificación de edad y contenido).

Y, por último, de nuevo el ser humano como producto que se compra y se vende, que se expone y se le asigna un precio. Desde luego, no estamos ante un modelo de negocio que promueva una visión holística y enriquecedora del ser humano y puede dañar la autopercepción y generar distorsiones en las relaciones.