Un elevado consumo de pornografía altera el funcionamiento de nuestro cerebro, y puede llegar a provocar una adicción, como muestran numerosos estudios.

A diferencia con respecto a practicar sexo, el porno produce una liberación excesiva de dopamina, un neurotransmisor cerebral relacionado con los sentimientos de placer. Al producirse, el organismo necesita volver a producirla nuevamente, por lo que promueve la repetición de esta conducta y deriva en un círculo vicioso que lleva al individuo a perder la capacidad de gobernar su propia mente.

La persona adicta se desconecta de la realidad, necesita más dopamina que la vez anterior, y el cerebro envía el mensaje de volver a repetir el comportamiento a toda costa.

Como en todas las adicciones, es importante detectarla y tratarla. El deporte, como regulador emocional, es una buena opción para superar un estado de ansiedad y reducir el estrés, que está en el origen de esa búsqueda de recompensa.

Cuando hablamos de practicar ejercicio físico, se suelen mencionar sus beneficios para el cuerpo, ya que son los más visibles y efectivos. Ayuda a perder peso y a moldear el sistema muscular. Pero también están las mejoras no físicas, como las psicológicas, tan importantes para el equilibrio de la persona.

Realizar ejercicio físico de forma habitual supone la liberación de dopamina de manera sana para todas las personas que sufren síndrome de abstinencia. Ese síndrome dura solamente unos segundos y, si se detecta, se puede sustituir por ejercicio físico. Así irá disminuyendo la necesidad de ver pornografía y se sustituirá con la práctica deportiva que incrementa progresivamente la coordinación, el equilibrio, la flexibilidad, la disciplina y capacidad para trabajar en equipo. Todo ventajas.

Desde el momento en que se empieza, aparecen resultados. La persona adicta se ve capaz de seguir luchando, comprueba que el deporte hace sentir bien, despeja la mente, da seguridad, energía, positividad.

Es tan sencillo como salir a correr con ropa cómoda y entrenar en el parque, o estos días, en casa a través de múltiples tablas de ejercicios que se pueden encontrar en internet. Y cuando acabe la cuarentena, tampoco es necesario ir a un gimnasio; se pueden hacer numerosos ejercicios con tu propio cuerpo como los cardiovasculares (mountain climbers o jumping jacks), ejercicios de fuerza (flexiones, sentadillas, burpees), o ejercicios de abdomen. Sesiones de 45 o 60 minutos cada día te ayudarán a olvidar el consumo de pornografía, volverás a ser la persona que eras antes. Y lo más importante: si te quieres, podrás querer e interesarte de nuevo por los demás.

De la adicción a la pornografía se sale… estirando, corriendo, o saltando. Muévete, lo agradecerá tu cuerpo y tu mente.

 

David Calavia Pascual / Entrenador personal