«El sexo es bueno, si es bueno». Una afirmación que, por otro parte, sirve para cualquier aspecto de la vida. Así comenzamos algunas de las sesiones que realizamos para madres, padres, profesores, monitores y adolescentes.

Este mensaje, puede levantar ampollas, suscitar críticas o recibir algún que otro halago. En cualquier caso es el pilar fundamental del 50 por ciento de nuestro lema: start sex.

Esta idea pretende ser sugerente, pero a la vez educativa y formativa. La sexualidad juega un rol positivo y maravilloso en la persona, que abarca mucho más que solo el sexo o las relaciones sexuales. Por ello, para entender bien la sexualidad o el sexo debemos aprender a conocer todas sus dimensiones, porque todas cuentan y todas suman:

Biológica. Esta dimensión es la más evidente, todos tenemos un cuerpo, excepto casos extraordinarios, con un sistema hormonal, fisiológico, un aparato reproductor. Esta dimensión es la más animal, la más impulsiva, la más fiera, la más brava, es nuestro león o nuestra tigresa. Aquí interviene la respuesta sexual y el placer sexual, pero no es lo único que condiciona el que nos sintamos bien con respecto al sexo, si no simplemente seríamos un animal mamífero como otro cualquiera.

Afectiva. Todos tenemos un corazón en sentido metafórico, no solo biológico. Esta es la dimensión más sentimental, más afectiva, la parte cariñosa y romántica, la parte que comparte intimidad y apego. Aquí residen los sentimientos y las emociones hacia la sexualidad.

Cognitiva. Es la dimensión “inteligente” de la sexualidad, el cerebro que piensa, que determina unos valores, unas creencias, unas actitudes de forma más cognitiva. Desarrolla estrategias para entender la sexualidad, almacena conocimientos sobre lo que significa para la persona la sexualidad y ayuda a tomar decisiones respecto a ella.

Cultural. Es la bandera, la tradición de cada uno. La sexualidad no puede entenderse sin entender el país en el que uno vive, la familia en la que ha nacido, las relaciones que ha creado. Es importante contextualizar culturalmente la sexualidad, ya que no será igual en España, que en Marruecos o en Brasil.

Espiritual. Para aquellas personas que tengan creencias, sean cuales sean, la sexualidad también crea un papel de trascendencia, de conexión espiritual con el otro, y con el Creador. Y es muy importante aprender a escuchar las creencias o no creencias de las personas para poder entender como estas desempeñan un papel importante en la manera en la que quieren vivir su sexualidad.