“El sentimiento de soledad está muy conectado al consumo de pornografía”. No es una frase gratuita o sin fundamento. Es la experiencia clínica de muchas consultas, y que afirma María Contreras, psicóloga y sexóloga de nuestra asociación.

Es importante el matiz de “sentimiento” de soledad. Nos referimos a esa soledad interior, de fondo, que conduce inevitablemente a la soledad física. Pero el problema principal es ese sentimiento: personas que se ven vacías emocionalmente, sin un proyecto, sin fuerzas ni aspiraciones que muevan su vida. Y sobre todo, sin compañía.

Estamos cansados de escuchar que los jóvenes ahora están más conectados (WhatsApp, Instagram, TikTok, etc.) que nunca. Y solos, también, como nunca. Y esta soledad va a más, precisamente porque existe un “atractivo” en la soledad: la aparente tranquilidad y las infinitas posibilidades de hacer lo que uno quiera sin moverte de tu casa, de tu habitación.

Con frecuencia nos escriben a la web para pedir ayuda, consejos, etc. Una idea repetida es la de sentirse desvinculado del mundo (amigos, pareja, familia…). Sentimiento de soledad. ¿Es el porno una vía de compensación que nos desvincula del mundo? ¿Se ha convertido el porno en mi mejor amigo?

Soledad, tristeza y aburrimiento

La soledad –esta soledad, no la obligada o esporádica, que a veces es necesaria- hace buenas migas con la tristeza. La pornografía es un elemento inmerso en nuestra sociedad, que lo que hace muchas veces es arrebatarnos nuestro tiempo con la gente que nos rodea. Y nada satisface más que el contacto personal, la experiencia física y emocional de estar bien acompañado.

Y de la soledad al aburrimiento no hay más que un paso. Hoy día cada vez son más las voces que piden un sano aburrimiento. Y no les falta razón. Nos referimos aquí al aburrimiento ya asentado, casi como estilo de (no) vida. Una definición sugerente escuchada hace tiempo: la persona aburrida es alguien que se ha vuelto poco interesante para sí mismo. Alguien sin proyecto. En definitiva, se podría decir que “no está matando el tiempo”: el tiempo le está matando.

No hacen falta grandes psicólogos, sociólogos, psiquiatras o antropólogos para encontrar soluciones y consejos de sentido común, útiles siempre: ejercitar aficiones, practicar algún deporte, socializar aunque suponga algún esfuerzo, buscar ilusiones vitales que involucren nuestra mente y nuestras fuerzas.

“Mejor solo que mal acompañado”. Cierto, pero reconozcamos que casi siempre las compañías ayudan más que perjudican.