A unas pocas semanas de empezar el 2020, llega el tercer lunes de enero y consigo, el denominado “Blue Monday”. Algunos consideran que hoy, 20 de enero, es el día más triste del año, pero me pregunto: ¿cómo puede ser posible si acabamos de comenzar? ¿Qué ha pasado con toda la ilusión del año nuevo, los deseos y metas que esperábamos con tantas ganas?

Es cierto que las vacaciones han terminado y que cuesta retomar la rutina, el trabajo, las clases y las diferentes actividades cotidianas. Quizás esto, unido al clima, los gastos y el ajetreo, puedan hacernos sentir un poco más bajos de ánimo que en el resto del año. O, quizás, sea una simple invención diseñada hace 15 años para la campaña de publicidad de una aerolínea.1

No te dejes engañar. Es importante recordar que nuestro estado de ánimo no se rige por una fórmula matemática y que la tristeza no aparece el tercer lunes de enero. El estado de ánimo es más complejo que eso y se ve influenciado por diversos factores. De igual manera, la depresión no es simplemente estar unos días de bajón.

La depresión se caracteriza por un estado de ánimo bajo cuya intensidad interfiere en la funcionalidad de la persona. Además, tiende a aparecer una disminución del interés o placer en las actividades que solían ser de agrado. Otros síntomas implicados son los cambios en el apetito, los problemas en el sueño, los cambios psicomotores, la pérdida de energía, los sentimientos de inutilidad o de culpa, la dificultad en la concentración y/o ideas de muerte o suicidio.2 Estos síntomas suelen aparecer por la combinación de un conjunto de diferentes factores que vienen tanto del exterior, como del interior de la persona. Los factores que influyen son biológicos, psicológicos y sociales.

Llegados a este punto te preguntarás, ¿y esto que tiene que ver con la pornografía?

Las investigaciones indican que muchas personas acuden a la pornografía buscando silenciar sentimientos de soledad o tristeza. En concreto, se ha visto que personas con depresión tienden a consumirla como un modo de evadir sus problemas, de aliviar el dolor o de regular sus emociones.3 Con el consumo de pornografía esperan pasar un buen momento, intentando olvidar los problemas. En otras ocasiones, la pornografía es utilizada como una estrategia de afrontamiento.4

Sin embargo, se ha observado que la pornografía lleva a que las personas se sientan peor que antes de iniciar el consumo.5 Tras consumir durante un tiempo, las personas relatan que empiezan a sentirse aún más ansiosos, aislados y depresivos que antes. En otras ocasiones, aparece un primer episodio depresivo o un empeoramiento de un episodio previo. Los estudios señalan la presencia de elevadas tasas de depresión en personas que consumen pornografía con frecuencia.4 Además, se ha visto que tienen mayor riesgo a padecer consecuencias negativas en la salud.3

¿A qué se debe esto, si al parecer la pornografía únicamente produce sensaciones agradables?

Durante la visualización de pornografía se libera dopamina en el cerebro, haciendo que aparezcan sensaciones de bienestar. No obstante, con el tiempo, las personas se van acostumbrando a estas sensaciones y ya no les produce el mismo placer que antes. Esto les lleva a buscarlo en material con contenido más novedoso y extremo.

Gato por liebre

En muchos casos, las personas buscan la felicidad a través del consumo, lo que les lleva a aislarse de las experiencias reales de su entorno. La pornografía tiende a ser utilizada como un modo de evadir los problemas, pero muchas veces termina siendo un problema más de la lista.6 Esto puede terminar convirtiéndose en un círculo vicioso: problema -> consumir contenido pornográfico -> dificultad para encontrar la felicidad fuera de la pornografía -> consumir más pornografía -> consecuencias negativas e incremento del problema.

¿Entiendes cómo esto está beneficiando al capitalismo de la industria pornográfica? Se dedican a comercializar un producto que ayuda a aliviar la ansiedad, la depresión o cualquier otro problema de manera momentánea. A cambio de este alivio a corto plazo, hace que estos problemas incrementen a largo plazo. De esta manera, los consumidores tendrán más motivos para buscar el “alivio” que les produce la pornografía.

¿Cómo salir de ese círculo? El primer paso parece muy claro: dejar de consumir pornografía. Así relata J en su testimonio publicado en la página web Fight the New Drug. J llevaba casi 10 años consumiendo pornografía y con depresión al mismo tiempo. Nunca los había relacionado, hasta que decidió dejar de consumir durante un tiempo. Se dio cuenta que, al parar el consumo, la depresión también estaba ausente.

Y el círculo se amplía…

Asimismo, es interesante considerar que la pornografía también influye en las personas más cercanas de quien la consume. Quizás la siguiente persona afectada sea la pareja, quien puede notar que la otra persona se encuentra diferente. Podría darse cuenta de emociones o conductas inusuales, como un mayor aislamiento y menor deseo de compartir tiempo juntos. Podría notar la disminución en el estado de ánimo, o que su pareja no disfruta de lo que solía agradarle. Todo esto puede resultarle confuso, dando lugar a sentimientos de tristeza, culpabilidad y frustración por no comprender lo que le está pasando a su pareja.

No obstante, la pornografía no afecta únicamente a las personas cercanas. Como se ha visto, los testimonios de algunas actrices porno han revelado que la vida como actriz no es tan glamurosa como se cree. Ellas también tienen momentos de soledad y tristeza, ocasionados por su trabajo y por el estilo de vida propio de la industria pornográfica.

Por tanto, la pornografía influye de manera negativa tanto en quien la consume, como en sus seres queridos y en las personas que se encuentran dentro de la industria pornográfica. Si bien la pornografía no es la única causa de la depresión o de otros problemas de salud mental, sí es un gran contribuyente. Puede ser gratificante durante unos minutos, pero las consecuencias que conlleva hacen que no valga la pena.

Ante los blue mondays de la vida, que pueden ser frecuentes, opta por darle color a tu vida, a tus proyectos, y no busques soluciones a corto plazo, que desemboquen en un black friday.

 

Fuentes:

  1. No estés triste, el Blue Monday no existe. (2019). Recuperado de la página web de JobToday: https://jobtoday.com/es/informe-blue-monday
  2. American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-5). American Psychiatric Pub.
  3. Kor, A., Zilcha-Mano, S., Fogel, Y., Mikulincer, M., Reid, R. y Potenza, M. (2014). Psychometric development of the problematic pornography use scale. Addictive behaviors39(5), 861-868.
  4. Perry, S. (2018). Pornography use and depressive symptoms: Examining the role of moral incongruence. Society and Mental Health8(3), 195-213.
  5. Why Watching Porn Can Make You Feel More Isolated, Depressed & Lonely. (2019). Recuperado de la página web de Fight the new drug: https://fightthenewdrug.org/porn-can-make-you-more-depressed-and-lonely/
  6. O’Neill, S. J. (2019). Mental health, depression, suicide, and pornography. Recuperado de la página web de Proven Men: https://www.provenmen.org/mental-health-depression-suicide-pornography-2/