En apenas dos meses han fallecido cuatro actrices porno. Las causas, desconocidas y con un halo de misterio. En el horizonte, una depresión encubierta debido al sufrimiento por el tipo de trabajo.

Normalmente solemos hablar de las consecuencias que tiene la pornografía en la persona que la consume, pero ¿qué ocurre con las actrices o los actores? ¿Son realmente felices? ¿Podrían haber desempeñado otras profesiones de éxito? ¿Qué les ha llevado a trabajar aquí?

Ya hemos comentado en otros artículos -testimonio de Greg Ory o el de “Hot Girls Wanted”-, sobre cómo existe una cara B, una trastienda oculta en el mundo de la pornografía, que nadie se atreve a comentar.

El dinero, la fama o incluso el placer se convierte en una motivación tremendamente suculenta para estas personas. Pero esta visión idealizada de la industria no es cierta. La verdad es que quienes han dedicado años a este trabajo han llegado a admitir que no ganan tanto dinero como parece, que no llegan a fin de mes o incluso que, aunque ganen el dinero suficiente, es una recompensa ínfima en relación con el sufrimiento emocional que han tenido.

Hemos visto como algunas chicas, con familias rotas, en proceso de búsqueda de identidad o en un acto de rebeldía, deciden dar el paso hacía la industria de la pornografía para conseguir cumplir un “supuesto sueño” o para mejorar su calidad de vida.

Olivia, la última víctima

Una de ellas es la recién fallecida Olivia Nova. 20 años. Una persona que, según confirman sus allegados, estaba al borde de los nervios y temblando cuando tuvo que ponerse desnuda delante de unas cámaras. No fue consciente del gran paso que iba a dar y de lo que eso iba a implicar en su imagen, su intimidad y su propia vida.

Antes de fallecer, en su cuenta de Twitter puso un comentario pidiendo a algún fan que le llamase para tener una conversación telefónica con ella, ya que se sentía bastante sola en Navidad…

¿Olivia era feliz? ¿Iba a cumplir su sueño y a sentirse realizada? ¿Estaba preparándose para triunfar? O más bien, ¿el mundo de la pornografía le hizo aislarse más? ¿Utilizar la sexualidad de esa manera le produjo un vacío tan grande hasta el punto de plantearse si vivir merecía la pena?

Quizás esta chica tenía muchas otras habilidades para la pintura, la música, la ingeniería, la medicina, el baile…  o mil cosas más. Nunca lo sabremos.